Astas de roble para izar los pies,
un tambor le roba la sonrisa
a quien redoblar era la alegría de su sangre,
cuerdos que se pierden con la brisa......
En la distancia bebo del único vino añejo,
el que embriaga de locura, de ternura,
en la pureza que solo se hallan
a 550.000 pasos de conciencia.....
Entonces soplas mi rostro,
para limpiar los ojos
cuando la oscuridad amenaza,
refugio en tu vientre para la brisa que pasa.
Noche celosa por amor,
Cómo no despertar envidia a la luna cambiante,
si son las almas las que se entregan como amantes,
si el anhelo funde en fuego el calor.....
Tiempo que decrece en la ansiedad,
sueño de los personajes fuera del lienzo,
canción de cuna para dormir los miedos,
y la magia de cerrar todo con un beso.
"En honor a los tres"
3 comentarios:
«¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.»
Son muchos pasos, no crees?
Un saludo para aquel que aún cree en la mágia curativa de los besos.
suemrce anda como enamorado no?
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