viernes, noviembre 17, 2006

INFINITIVO


Desnudar el alma para vestir el cuerpo,
estrenar sábados de reserva para lunes de hastío
reunir monedas para manjares que no pagan ricos,
rastrillar palabras en otoños de ideas.

Desajustar los pernos para no ser tan cuerdo,
no amarrar zapatos, esperar a que alguien los ate con melódicas cuerdas
respirar de todo y soportar el repugnante olor a nada,
curar heridas parta dignificar los días.

Soportar el ensordecedor ruido que nadie escucha,
extrañar incomodidades para robar historias,
fundir alas de mantequilla,
inundarme de nieve de marfil,

Liberar pueblos de gárgolas y cíclopes,
sujetar manos sin comprar alas,
subir hasta el cielo en un frijol sembrado,
no colocar en ningún tiempo el verbo.....
como ahora, infinitivo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El tiempo vivido debe ser disfrutado en su mayor intensidad, no volveremos a pasar por las mismas cosas, En el infinito solo perduran todas aquellas cosas que no percibimos con nuestros sentidos, pero son las que llenan nuestros días de colores como lo es la ternura de un bebe, el amor. Que bueno es aprender a guardar en nuestro corazón aquellos momentos que traen alegría y borrar aquellos que solo traen obscuridad al pensamiento y nos dejan ver con claridad la extensión de la vida.

Anónimo dijo...

El misterio consiste en saber conjugar en primera persona ese infinitivo tan bello...así ataran solas las cuerdas melodiosas, no solo zapatos...también corazones, de cuando en vez es bueno soñar, pero ya no un nombre, solo al "mortal".

Anónimo dijo...

Acaso el Infinitivo nos da un presente de vida??